No lo puedo evitar, prometo después escribir algo que no es deprimente. A mi me cae gorda la información que apela a la culpa y la lástima porque la acción que nace de la culpa busca sólo calmar esa culpa sin volverse una verdadera solución de los problemas en la mayoría de los casos.

Hoy vi esta imagen en Facebook 

«Las aves mueren con el estómago lleno de un material que no las nutre» parece ser una metáfora perfecta para lo que le pasa a nuestra sociedad de consumo ciego actualmente.

 

 

Aquí el video de un documental chileno de reciente aparición. Uno de sus productores periodísticos es Miguel Soffia Serrano, gran compañero de la Escuela de Periodismo Auténtico.

 

Ni hablar. El uso indiscriminado del plástico necesita tomar tintes de estigma en nuestra sociedad  y encontrar alternativas. Por ahora a reducir, a no consumir, y a exigir a la industria nuevas formas de producir, o de no producir cosas que no necesitamos. Normalizar los problemas ambientales puede calmarnos la culpa por un tiempo, dejar de comprar o mirar mal a quien tiene en las manos un vaso de unicel no solucionará las cosas tampoco, pero hay además de la acción individual, mucho qué hacer de forma colectiva. El mundo del futuro podría ser mucho mejor de lo que pinta para ser ahora, si nos despabilamos.

¡Qué barbaridad! Como diría Mafalda…

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