Supongo que cada quien halla inspiración de formas distintas. A mi hace dos años me vino un lapso de tedio y aburrimiento profundo. El ennui, como le dicen los franceses, y entre conflictos sociales y un entorno semi tóxico, dejé de escribir y pintar y bailar y todo lo que me llena. Antes, cuando era joven, jeje, pensaba que la inspiración llegaba cuando ella quería, por suerte, y que si había material cerca sólo por fortuna seguro saldría algo que valiera la pena. Pero es una muy mala costumbre. Creo que yo solía quedarme quieta esperando a que llegara una chispa que me motivara. Qué basura, eso no funciona. Uno no siempre es consciente de las cosas que lo conmueven, de por qué nos motivan, qué encontramos en ellas que nos empuja a crear algo. No es magia, ni suerte, creo que son momentos donde se mezclan ciertas cosas, tiempo, una capacidad para mirar y apreciar la realidad distinta de la que llevamos puesta todos los días. Tiene sus matices. No hay recetas, en absoluto. El aburrimiento me hizo buscar pequeñas formas de encontrar inspiración, o de buscar tenerla cerca más seguido.

 

Personas

Creo que las personas son la mayor fuente de inspiración, si vives una ciudad entonces tienes una fuente infinita. Me gusta ver a los desconocidos en el transporte público, cómo se mueven, qué cosas llevan consigo, sus pequeños gestos que me imagino deben formar parte de un repertorio muy personal. Los gestos de cariño que expresan, por ejemplo ayer en una pesera dos ancianos se acompañaban al doctor e iban de la mano, acariciándose de una forma arraigada. Pensé que deben llevar muchos años acariciándose de esa forma los antebrazos, como sobando los dejos del día de sus mangas, y ya ni se dan cuenta de cómo o porqué lo hacen. O las madres mexicanas, sobre protectoras, que ven con devoción a sus retoños. Esos ratitos cotidianos están llenos de algo que me ayudan a mantener el motor de la sensibilidad encendido.

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Las otras personas que me inspiran son mis cercanos, los creativos. Trabajo mayormente con mujeres estos días, todas ellas creativas, sin importar si se asuman artistas o no, todas crea y construyen y ponen el corazón en lo que hacen. Sé qué cosas aman, por qué, eso me inspira también. Conocer de cerca los motivos por los que algunosse aferran a lo que disfrutan, ver cómo toman riesgos por perseguir sus sueños, cómo están dispuestos a dejar de lado la tradición, comodidad, seguridad, por estudiar algo, trabajar, aprender, compartir.

Algo que siempre me saca del letargo es que un artista me cuente su proceso creativo. De dónde saca sus formas, sus palabras, en qé momentos encuentra destellos de sentido, dónde se condensa ese sentido, cuánto tiempo toma. Como si fuera una masa y el sentido la levadura, cada quien lo prepara distinto, termina con resultados diferentes. Conocer sus puntos vulnerables, siempre las zonas débiles, «inseguras», los temores, los recuerdos dolorosos, los deseos más profundos, me muestran la humanidad de las voces. Todos buscamos mostrarnos fuertes, comosi la fortaleza nos hiciera ser valiosos, ganadores, o algo semejante a alguien feliz. Pero no sé si es ahí donde habita lo luminoso. A veces lo que más me conmueve no es cuánto se ha logrado, o se ha conseguido por encima de otros, sino más bien las pequeñas luchas íntimas, que finalmente todos compartimos. El mundo está llenos a reventar de diminutas victorias personales que no se notan, porque están construidas de debilidades y temores y mundos que nos mostramos.

DSC00395Me gusta observar a la gente y escucharla. Cada vez que escucho de qué se tratan sus sueños pienso que son posibles, me imagino que logran todo lo que quieren y entonces me doy cuenta de que tengo las mismas posibilidades. Tengo que recordarme estas cosas, sin embargo, porque se olvidan. Dejarme rastros de esa capacidad para encontrar belleza y sutilezas. Mi vida va rápido, rápido, ¿dónde dejo cosidos los recuerdos que le dan sentido al mundo?

A veces los escribo, hago dibujos, escribo pequeñas cosas. Doy talleres que para mi significan no una transmisión de conocimientos sino una comunicación sobre lo que me da vida y me apasiona. Y repito y repito las mismas cosas que yo necesito tener presentes como buscar estos espacios personales de creación, creer en uno mismo, retar la propia capacidad, y cambiar el mundo.

Plantas

DSC00255Las plantas me inspiran enromemente. He llegado a construirme teorías que dicen que sus formas obedecen a un caos universal que se quiere ordenar visiblemente. Sienten cosas, se comunican, sus ciclos son muy evidentes, sus pieles son suavecitas. Me llenan de paz y me conectan con mis silencios. Siempre, trabajar con las plantas es permitirnos habitar el silencio. Esos diálogos habitan mi mundo y me dejan habitarlo de lleno. Además las planats tienen su propia ética, que no es sencila, pero verla como un espejo de la ética humana me ayuda a no ser tan endeble.

Proyectos

Hace unos meses lo primero que hacía al levantarme era leer los periódicos. Era una costumbre casi religiosa, abrir dos o tres en línea, comparar noticias, tomar café. Mi mapa del mundo y mi lugar en él se configuraban según los encabezados. Era tremendo porque después de un rato ya sabía todo lo que estaba mal.

 

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Ahora he optado por dejar a eso al medio día. En cambio me ha ayudado obligarme a buscar proyectos inspiradores, ya sea en México o en otros lugares del mundo, no puedo darme el lujo de dejar que mis ánimos para trabajar en mis propios proyectos decaigan, porque nadie más que yo me obliga a impulsarlos. Tengo que saber a dónde podemos llegar, qué hacen otros que sale bien, cuánto puedo obtener, cuánto se puede cambiar. Qué estrategias hay, cómo se administran los talentos, los recursos. Creo que cuando el lucro o la supervivencia son la motivación es más sencillo mantenerse al pie del cañón y trabajar por lo que se quiere. Pero cuando la empresa es cambiar el mundo, mejorarlo, innovar, la motivación no llega cada quincena (ni se va conforme se desembolsa) y como tenemos que elaborar el significado de nuestros logros no nos damos cuenta lo bien que hacemos las cosas. Cuando cocinas una receta que conoces sabes pronto cuando está quedando bien o mal. Huele, sabe, se ve. Sabes qué esperas. Cuando innovas y quieres ser distinto a lo que has hecho antes cuesta establecer parámetros de éxito. No los notas hasta que tus ojos están adiestrados, y miran muchos ángulos, matices, posibilidades y un mapa muy muy amplio y complejo de la realidad.

Así que en la mañana, como hoy, me asomo al mundo, leo blogs, páginas, noticias de gente haciendo cosas bellas. Veo fotos, arte, muebles, huertos, construcciones. Gente que está educando, administrando, trabajando de maneras creativas o inusuales. Me asomo a documentales, veo videos promocionales, cortos, fotografías. Testimonios de gente haciendo cosas que me interesan, arte, política, organización comunitaria. Leugo me doy un baño, y trato de deshacerme del pesimismo. el día será largo, será viernes, habrá que salir al mundo a transitarlo y algunas veces creo que la mejor arma que tengo para sobrevivir a mi propio desencanto es la inspiración. Tengo que andar con mi nube de cosas invisibles que elijo respirar en lugar del smog. No es opcional, es la diferencia entre aceptar que otros construyan mi forma de ver el mundo, que se vuelve mi realidad, o hacerme cargo yo misma de mirarlo con otros ojos.

Es obligatorio.

Un comentario en “Inspiración contra el smog

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